En el aspecto físico, un exceso de estrés vendrá caracterizado por un cansancio general. La fatiga, los dolores musculares e incluso la aparición repentina de molestias parecidas a los calambres puede ser una constante.
Desde un punto de vista alimenticio, afectara en el deseo de comer. Por lo general cuando tenemos estrés ingerimos menos, aunque también se han dado casos, en menor medida, de personas que estresadas comen muchísimo más que el resto del tiempo. El estrés puede provocarnos desde cortes de digestión, o digestiones muy pesadas, hasta gases intestinales, vómitos y ulceras de estómago.
Otros cambios físicos a nivel general, son alteraciones en el ritmo cardíaco, con riego de palpitaciones e incluso infartos.
La mente no queda al margen del estrés, de hecho podríamos decir que en estos tiempos es ella quien más trabajara durante un proceso de este tipo. Nuestro cerebro estará buscando continuamente nuevas soluciones, salidas diferentes para el tema que nos provoca ese estado. Físicamente podemos padecer migrañas, dolores de cabeza y mareos repentinos, pero psíquicamente, cuando no logramos llegar a conclusiones, podrán aparecer sensaciones de irritabilidad, llanto incontrolable, ataques de angustia o pánico e incluso depresión.
El estrés es una situación tanto física como psicológica que nos afecta a tal grado de causarnos molestias, fatiga, trastornos alimenticias y algunos padecimientos en el sistema cardiaco y por esto tenemos que cuidar nuestros niveles de estrés y así poder tener una vida mas plena y saludable.
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