viernes, 2 de agosto de 2013

......Y la cultura de Prevención?

Amigos lectores, quiero agradecerles el detenerse a leer esta sección, es de todos sabido  que la salud es el tesoro más preciado por nosotros.

Mi propósito, como siempre, es trasmitir de manera fácil y amena los conocimientos sobre salud, así como proporcionar “tips”  que ayudan a prevenir enfermedades y  como enfrentarlos en caso de que ya estén presentes.

Se habla mucho de salud integral, en el curso de biología se está interesado en que la población estudiantil del colegio mejoren su salud física y mental, solo así se logrará la formación de jóvenes de excelencia.

Este es un medio más que se pone a su disposición para informarles de lo más relevante sobre la salud.

Espero sinceramente que todos los artículos aquí publicados les sean de gran ayuda y que alcancen a mover en ustedes esas fibras dormidas, olvidadas o entumidas y que los haga reaccionar y dirigir todas sus energías hacia el mejoramiento de su salud personal.

Los estudiantes tienen la energía, la imaginación y la inteligencia necesarias para mejorar la situación en su comunidad. Lo único que necesitan es que se les pida que demuestren lo que pueden hacer.  Estoy convencida de lo anterior por ello los invito a instruir a otros  concienzudamente ya que es la mejor forma de aprender nosotros mismos y así reconoceremos el trabajo de los demás y lograremos mejorar la parte más valiosa de nuestro colegio: USTEDES.

¿Qué significa Salud?

Al inicio de un año todos deseamos y nos desean ¡que tengas salud!, un niño está por nacer y se escucha decir ¡Con que nazca sanito está bien! .Pero, ¿Que es la salud, de verdad nos esforzamos por ser saludables?

El concepto de la palabra salud nos habla de un equilibrio perfecto entre cuerpo, mente y espíritu. La salud es la base de nuestra vida, si carecemos de ella nuestras actividades cotidianas se dificultan. Si no gozamos de salud, la vida diaria se hace prácticamente imposible vivirla.

Este concepto integral de salud no debe ser olvidado, ya que si solo nos acordamos de mantener en estado óptimo nuestra salud física, dejamos de lado los otros componentes del Ser.  Al ver el cuerpo como una maquina perfecta, hemos caído en el error de preocuparnos solo por su funcionalidad y eficacia sin ver más allá.

El ritmo de la vida actual en las grandes ciudades ha hecho que descuidemos nuestra salud dejándola en segundo plano. Con esto se ha logrado que la mayor parte de la población esté constantemente afectada por la enfermedad. ¿Y qué es la enfermedad? Simplemente el rompimiento del equilibrio cuerpo, mente y espíritu, acompañado de todos sus signos y síntomas.  Enfermedad y salud son conceptos individuales que describen un estado del ser humano y no solo refiere a órganos o partes del cuerpo como comúnmente se maneja.

La enfermedad nos lleva a buscar la cura, que es encontrar las causas de ese desequilibrio (dieta, ambiente, sedentarismo, pensamientos, emociones) y darle una solución. Existe una gran diversidad de sistemas de curación que se descalifican entre sí, sin darse cuenta que si trabajaran en conjunto y de manera armónica, nos traerían muchas ventajas.

Es por eso que es necesario adoptar una medicina integral que vea al individuo justamente como un todo, y le proporcione las herramientas adecuadas para que logre su auto-curación en un ambiente limpio, relajado; rodeado de paz interior.

Cuida pues tus estados emocional, espiritual y físico para mantenerte saludable.  En los próximos artículos te hablaré de algunos tips para mantener tu salud en óptimas condiciones. ¡Hasta la próxima y que tengas salud!

Factores clave para el buen funcionamiento del organismo

Nivel Celular

Nuestro cuerpo físico está constituido por células que desarrollan diferentes funciones. Existen grupos de células que reciben el nombre de órganos y el conjunto de estos órganos el nombre de aparatos o sistemas (respiratorio, endocrino, nervioso, etc).

La célula-unidad funcional de la vida física-, está formada de diminutos organelos que cubren funciones específicas. Para que la célula tenga un rendimiento óptimo, es importante que reciba los aportes de oxígeno y nutrientes necesarios.

Una célula que puede medir hasta una milésima de milímetro (micra), contiene toda nuestra información, desde quienes somos hasta lo necesario para llevar a cabo nuestras funciones vitales. Si la célula no se alimenta de oxígeno y nutrientes, ésta envejece y muere. Las células de nuestro cerebro (neuronas) son las únicas que no se regeneran.

Oxigenación celular:

La adecuada oxigenación del organismo es fundamental para su perfecto funcionamiento. El envejecimiento prematuro celular lleva el deterioro de las funciones de las células y por lo tanto a manifestaciones que pueden ir desde pequeñas infecciones, deterioro de la memoria, hasta cáncer. Existen varias causas del envejecimiento prematuro celular, una de ellas es la falta de oxigenación a nivel celular debido a factores que provocan acidez, es decir, el aumento de hidrógenos o radicales libres en los líquidos del organismo, ocasionado principalmente por nuestra alimentación (café, frutas combinadas, carne, alimento industrializado, entre otros).

Otras de las causas de envejecimiento prematuro celular son la falta de ejercicio o incluso el estrés. Una buena oxigenación celular es vital para estar físicamente saludables; esto se logra llevando una buena dieta (alcalina), realizando rutinas adecuadas de ejercicio y cultivando un estado de paz interior.


¿ Estresada(o)........ yo?

El estrés es tan real como el hecho de sonrojarnos,  nos afecta a nivel  corporal, a veces con pequeños tics o a través de cambios  repentinos de temperatura. La mayor parte de las veces nos agitamos  y efectuamos movimientos nerviosos que difícilmente podemos controlar.

¿Pero......... que es el Estrés?  Es una patología física y mental, que consiste en la alteración de las emociones, y más concretamente, con la capacidad de reacción  que tenemos ante ellas, pero no es algo nuevo ni tan peligroso como podemos imaginar, porque conocerlo es dominarle.

Cuando vivimos una situación de emergencia, “los músculos se tensan, se altera el ritmo respiratorio, se paraliza la sensación de hambre, suele inhibirse el deseo sexual”, en esos momentos nuestro cerebro se centra en un estado de alerta máxima y los sentidos se agudizan. La instrucción cerebral es muy clara: activar de inmediato  las glándulas que lanzaran adrenalina y cortisona hacia el torrente sanguíneo para que aumentemos la producción de energía y la fuerza muscular.  Esta es una reacción natural a un peligro momentáneo que nos pone en situación de alerta, pero que pasa cuando  la tensión puede ser permanente, cuando en la sociedad actual el estrés viene generado no por peligros puntuales, sino por estados emocionales prolongados que se repiten día tras día.

Cuando perdemos un trabajo, una pareja, cuando no sabemos cómo salir de los problemas,  del exceso de trabajo, de las deudas , de los fracasos escolares,  familiares, etc, podemos llegar a un punto de tensión en nuestra vida que acabará generando el llamado estrés.   Este estrés es traducido por nuestro cerebro como un “cambio no programado”, al cerebro no le preocupa si el cambo es bueno o no, es cambio al fin. Programamos, y al hacerlo condicionamos lo que debe pasar. Cuando esta programación se tuerce se produce un cambio, algo que no estaba previsto y que nuestro cerebro absorbe, la mayor parte de las veces  generando estrés.

Sabemos que el estrés  es un proceso físico, químico y emocional producto de una tensión que de no ser combatida correctamente podría incluso llevarnos a la enfermedad física.






Etapas del estres

Cuando empezamos a tener estrés la reacción no es inmediata, las tres etapas en la respuesta del estrés son:

Etapa de ALARMA: En esta fase el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de glucosa en la sangre, incrementan la respiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión.

Etapa de la RESISTENCIA: El cuerpo repara automáticamente cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés continua el organismo permanece alerta y no puede ocuparse de seguir reparando los posibles daños que aparezcan.

Etapa del AGOTAMIENTO: su consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y hasta puede llegar a producirnos ansiedad o depresión. La capacidad de soportar el entres varia según las personas. Cuando se presenta en momentos inadecuados o es tan intenso y duradero que interfiere en las actividades normales, entonces se considera un trastorno.








Algunos de los efectos del estres

Bajo un estado de estrés, el organismo secreta grandes cantidades de sustancias químicas para enfrentar  la situación y ayudarnos a tener la energía necesaria. Sin embargo, cuando esta situación se prolonga mas allá de lo que sería deseable, puede provocar alteraciones tanto de orden físico como psíquico.

En el aspecto físico, un exceso de estrés vendrá caracterizado por un cansancio general. La fatiga, los dolores musculares e incluso la aparición repentina de molestias parecidas a los calambres puede ser una constante.
Desde un punto de vista alimenticio, afectara en el deseo de comer. Por lo general cuando tenemos estrés ingerimos menos, aunque también se han dado casos, en menor medida, de personas que estresadas comen muchísimo más que el  resto del tiempo. El estrés puede provocarnos desde cortes de digestión, o digestiones muy pesadas, hasta gases intestinales, vómitos y ulceras de estómago.

Otros cambios físicos a nivel general, son alteraciones en el ritmo cardíaco, con riego de palpitaciones e incluso infartos.
La mente no queda al margen del estrés, de hecho podríamos decir que en estos tiempos es ella quien más trabajara durante un proceso de este tipo. Nuestro cerebro estará buscando continuamente nuevas soluciones, salidas diferentes para el tema que nos provoca ese estado. Físicamente podemos padecer  migrañas, dolores de cabeza y mareos repentinos, pero psíquicamente, cuando no logramos llegar a conclusiones, podrán aparecer sensaciones de irritabilidad, llanto incontrolable, ataques de angustia o pánico e incluso depresión.



Señales de que tenemos estres

Hay una serie de comportamientos que revelan que estamos en una situación de estrés. De hecho, no debemos esperar a padecer situaciones físicas o psíquicas  como las mencionadas anteriormente para darnos cuenta de que lo padecemos. Estas son las “señales” de que “algo” está pasando:

Cerrar los puños e introducir el pulgar en el interior: síntoma claro de tensión o ansiedad.
Apretar las mandíbulas: cerrando la boca con fuerza y que incluso los dientes crujen.
Morderse las uñas
Agitar las piernas o pies: el temblor de piernas es uno de los grandes clásicos, se produce cuando el cuerpo necesita eliminar tensiones
Otras señales: son cambios repentinos de humor, desgano general, sentimientos de frustración, sensación de perder o no tener tiempo, hostilidad, impaciencia, olvidos frecuentes, elevar el tono de voz o hablar demasiado aprisa.







Diferentes tipos de estres


 No todo estrés se manifiesta de la misma forma,  depende de las causas que lo motiven, existe una gran variedad de tipos de estrés:

1) Estrés emocional: que se manifiesta cuando tenemos problemas a los que no sabemos dar respuesta y que nos provoca una alteración psíquica de índole emocional.
2) Estrés del enfermo: se produce cuando en lugar de darnos un tiempo para curarnos, pensamos en todo lo que está quedando pendiente y no podemos hacer.
3) Estrés ajeno: cuando caemos en el error de asumir como propios los problemas de otra persona.
4) Estrés de la exigencia: la competitividad y los deseos de superación pueden provocar que caigamos en el estrés, al convertirnos en esclavos de nuestros objetivos.
5) Estrés del durmiente: no somos capaces de dormir por culpa de las tensiones acumuladas durante el dia o por acostarnos pensando en lo que tendremos que hacer mañana, provocando alteraciones de sueño, pesadillas, y retraso en la recuperación normal de nuestro cuerpo.
6) Estrés ambiental: la mayoría de las alteraciones repentinas a las que es sometido el cuerpo: el clima, el ruido, etc.
7) Estrés postraumático: exposición a situación traumática grave y aparece después de meses o años.
8) Estrés farmacológico: Resultado de un trastorno médico o el uso de un medicamento, o un tratamiento o terapia médica.
9) Estrés agudo: comienza dentro de las cuatro semanas después del acontecimiento traumático y dura solamente de  dos a cuatro semanas.